MI PRIMER CONTACTO CON EL GRUPO ESCOLAR


La práctica que expongo a continuación, tratando de situarme en el pensamiento de los estudiantes, tuvo lugar en el Colegio Público «Ramón Carande», en una de las aulas correspondientes a alumnos de tres años, el 23 de septiembre de 2004. Los padres no entran con nosotros, se quedan en el patio. La escuela es cosa nuestra. Hay que aceptarlo. Esta brusca separación, este no mirar para atrás, se nos ha presentado como una condición para ser «mayores», porque resistirse es de «pequeños». Por otra parte, pudimos comprobar, tanto en experiencias propias como ajenas, que protestar no tiene muchos efectos. Con mamá o papá quizás, pero con la maestra las cosas se complican [...]. Nos agarramos unos a otros y formamos una fila que conduce hacia el aula. No voy solo, tengo amiguitos.