
Analizando estos datos, entendemos la necesidad de tener como referencia un proyecto para el ámbito corporal en educación infantil. Un proyecto no es un programa; es, más bien, una estrategia que traza las bases que la práctica concreta, y que se mueve con una doble finalidad: • Participar en las preocupaciones educativas generales: — Elaborando y ajustando los cuadros horarios semanales y diarios, combinando oportunamente las diferentes presencias corporales, y procurando una mayor presencia del cuerpo implicado. — Analizando las necesidades de materiales y de espacios, recreándolos, de tal manera que ayuden a un encuentro más armónico entre biología y cultura. — Sensibilizando con otros proyectos que se desarrollan sobre higiene, sobre alimentación y sobre hábitos saludables. — Capacitando para establecer conexiones entre la educación formal, la no formal y la informal, que envuelve alumnado de estas edades en sus entornos de vida. • Establecer un plan para aquellas situaciones en las que el ámbito corporal es objeto de tratamiento escuela; observan la historia que poco a poco van generando en el aula... Son diez minutos en los que el alumnado va desarrollando diferentes tareas en las que no hay restricciones en la motricidad. Denominamos a esta presencia cuerpo silenciado.